Una forma de ser
Un proyecto de Pedro G. Romero y María García Ruiz para la Württembergischer Kunstverein de Stuttgart que continua con la serie Actually, the Dead Are Not Dead, en el marco de la Bergen Assembly 2019
La forma de ser es un apelativo usado por el poeta José Bergamín para describir la vida particular de artistas, flamencos y gitanos. Georges Didi-Huberman la ha puesto en relación con lo que Giorgio Agamben, amigo y fiel lector del poeta andaluz, llama forma-de-vida, una expresión donde conviven la vida-artista de Foucault con el Lebensform de Wittgenstein. Pues bien, tamaño concepto nos sirve a nosotros para aproximarnos a un grupo de trabajos y artistas que viven en esta intercesión, firme y temblorosa a la vez, del flamenco, lo gitano, lo rom, lo gypsy, la bohemia, el lumpen, las clases peligrosas…
Cuando presentábamos en Bergen Assembly 2019 la sección political parties, dentro del programa Actually, the Dead Are Not Dead, intentamos describir la manera de hacer política de estas particulares formas de ser y la coincidencia, punto por punto, de ese hacer político con la fiesta, con una idea determinada de fiesta. Partíamos entonces de Asamblea General, un texto del primer tercio del siglo XIX en el que su autor, Serafín Estébanez Calderón, Aka El Solitario, da claves para entender el significado del flamenco. El escrito, aparentemente, describe una fiesta en la que los flamencos y gitanos de Triana entronizan a una famosa bailarina francesa, la Guy Stephan, que destaca como nadie en los bailes del país. En realidad, el acontecimiento esconde la celebración de un kris, especie de asamblea de los gitanos del occidente y el oriente andaluz en el que solucionaban sus disputas, se repartían el territorio de influencia, acordaban bodas y compromisos comerciales y relataban historias y memorias de la comunidad. El texto estaba ilustrado con grabados de Francisco Lameyer, pintor goyesco, y, no sólo por esto, explícitamente pone la particular forma de ser de los gitanos y flamencos en línea con el hacer de Francisco de Goya.
Pues bien, si en Bergen mostramos ese particular Parlamento, ahora, bajo el apelativo general de Una forma de ser queremos traer algunas de sus actuaciones, su cuerpo legislativo, una aproximación a sus polis y a su política. Las formas de habitar, sus ciudades, y las marcas determinantes de su manera de vivir nos aproximan más y mejor a ese entendimiento conjunto, desarrollado en el mismo gesto, de política y fiesta. Entendamos bien eso, no se trata de un par dialectico, más bien, en el mismo sentido del gay saber de Nietzsche, se trataría de una gay política, indiferenciando en su pathos entre las formas de la fiesta y las formas de la política. Como observara Darcy Lange, en lectura atenta de Allan Sekula, no se trataba de celebrar con una fiesta una decisión política, es que la fiesta es el único espacio político posible de la comunidad, donde esta se encuentra y se reconoce.
En un momento importante para el reconocimiento de los gitanos como sujeto político, activismo que las comunidades rom de todo el mundo están llevando a cabo, es significante reconocer la deuda que tenemos con su particular entendimiento del mundo, clave, desde nuestro punto de vista, para las formas de vida de la bohemia, las vanguardias y la contracultura. Distintos conflictos de género, raza y clase han ampliado y complicado, por fortuna, las señas de identidad que dan un territorio firme y tembloroso a la vez, en magnifica contradicción. Como decía el propio José Bergamín, “paradoja es el nombre con que los tontos llaman a la verdad”.
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