12 noviembre 2019

political parties / Asamblea General

Un proyecto de Pedro G. Romero y María García para ‘Actually The Dead Are Not Dead’, Bergen Assembly 2019.
Comisarios: Iris Dressler y Hans D. Christ en colaboración con Murat Deha Boduroğlu, Banu Cennetoğlu, María García, Hiwa K, Katia Krupennikova, Viktor Neumann, Paul B. Preciado, Pedro G. Romero, Simon Sheikh y Emma Wolukau-Wanambwa.

Cuando fuimos invitados por Bergen Assembley a repensar esta idea de lo qué puede ser una asamblea, nuestra investigación analizaba «Asamblea general», un texto de Estébanez Calderón, El Solitario, de principios del siglo XIX, índice primero de lo que será el flamenco, un texto que describe una fiesta, que presenta una celebración festiva de lo que en realidad era un kris, o sea, una asamblea, tribuna o senado de los Rrom, los gitanos andaluces de Cádiz, Málaga y Sevilla que se reunían en Triana para solucionar sus problemas, repartir su influencia en el territorio, establecer lazos familiares, conocerse, gobernarse mejor. A partir de ahí, de este desplazamiento implícito en el texto, empezamos a hacer una arqueología de ese entendimiento conjunto entre fiesta y asamblea política. En el propio texto de Estébanez Calderón se precisa esa genealogía que procede de Goya, referencia ineludible además de Francisco Lameyer, ilustrador del texto. A partir de aquí, explorando campos que van desde la bohemia (Weiss, Sem[en], Ragel), la vanguardia (Helios Gómez, Lümpenball, Lorca) o la contracultura (Toto Estirado, Ocaña, Mario Maya) hasta nuestro inmediato presente (PEROU, flo6x8, Israel Galván), en intersección con el campo de representaciones del flamenco (Gitanos, Lumpen, Clases peligrosas), hemos recogido algunas formas que atienden a esa conjunción, fiesta y política expuestas en el mismo gesto. Entendamos bien eso, no se trata de un par dialectico, más bien, en el mismo sentido del gay saber de Nietzsche, se trataría de una gay política, indiferenciando en su pathos entre las formas de la fiesta y las formas de la política. Como refiere Allan Sekula hablando del trabajo de Darcy Lange, no se trataba de celebrar con una fiesta una decisión política, es que la fiesta es el único espacio político posible de la comunidad, donde esta se encuentra y se reconoce.